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El Museo

sobre el museo

El Museo Histórico y Pedagógico Índia Vanuíre, institución de la Secretaría de Cultura, Economía e Industria Creativas en Tupã (SP), fue creado en 1966 por Luiz de Souza Leão en el contexto de implantación de la red de los Museos Históricos y Pedagógicos del estado de São Paulo.

Debemos a Luiz de Souza Leão la definición de los dos ejes temáticos del Museo – historia local y etnografía. Hoy, después de la actualización museológica, los ejes se cruzan para problematizar el territorio donde la institución se insiere, explotar las construcciones de memorias de sus habitantes, indígenas y no indígenas, y ejercer las funciones social y educacional en los principios democráticos e interculturales.

El Museo Histórico y Pedagógico Índia Vanuíre es una institución local que dialoga con lo global, contribuyendo con sus cuestiones específicas y únicas. Se realiza por medio de las diversas acciones curatoriales, con destaque a la comunicación por medio de exposiciones y acciones educativas.

El Museo está albergado en edificio propio construido por su fundador. Después de reforma de la edificación y recalificación museológica, el Museo reabrió en 2010 con una moderna exposición de larga duración que destaca la vocación intercultural del Museo y su papel como promotor del ejercicio de tolerancia.

MISIÓN

El Museo Histórico y Pedagógico Índia Vanuíre tiene como misión preservar, mejorar y comunicar el patrimonio histórico y el patrimonio etnográfico indígena, en particular el legado de los pueblos del oeste de São Paulo, y promover la reflexión crítica sobre los valores humanos y ciudadanía teniendo en cuenta las diferentes culturas y las interacciones entre los diferentes grupos de la sociedad.

VISIÓN

El Museo Histórico y Pedagógico Índia Vanuíre proyecta ser reconocido por la calidad en la preservación y comunicación de colecciones históricas y etnográficas indígenas y tener relevancia como centro de referencia, basado en el patrimonio cultural, para diferentes grupos de la sociedad.

VALORES

  • Conservación, investigación y comunicación del patrimonio cultural con responsabilidad y calidad.
  • Respeto por la vida y las personas sin distinción de características individuales.
  • Recepción y diálogo con diferentes públicos.
  • Valorización de la formación cultural y de la discusión de ideas para el desarrollo emocional, cognitivo y social de las personas.
  • Desempeño en sostenibilidad ambiental local y global.
  • Ética, economía y transparencia en el uso de recursos públicos y privados.
  • Integración entre colaboradores internos, externos y comunidad para la conducción de procesos participativos de preservación y socialización del patrimonio cultural.


aprender más sobre la historia

VANUÍRE

A inicios del siglo XX, la marcha del café hacia el oeste de São Paulo trajo consecuencias violentas para los Kaingang que ocupaban ese territorio. Ocurrían constantes matanzas de aldeas enteras y gran divulgación negativa acerca de los Kaingang por medio de la prensa, con el objetivo de desvalorizar las tierras dominadas por los indígenas, causando posterior valorización para aquellos que las compraran. El exterminio no se completó gracias a la acción del SPI – Servicio de Protección a los Indios.

Desde entonces, la india Vanuíre forma parte del imaginario de la población de la región, siendo considerada una heroína. De acuerdo a la leyenda, Vanuíre subía en un jequitibá de diez metros de altura, donde permanecía desde el nacer del día hasta el caer de la tarde entonando cánticos de paz.

De hecho, Vanuíre fue una Kaingang traída de Campos Nuevos del Paranapanema (actualmente Campos Nuevos Paulista) por el SPI, como estrategia de atracción de los Kaingang de la región para que fuesen reunidos en aldeas. De este modo, ella actuó como intérprete, así como otros. Ella simboliza el fin de los conflictos, en 1912, que resultó en el agrupamiento de los Kaingang en dos áreas restrictas, hoy en día Tierras Indígenas Icatu y Vanuíre. La india Vanuíre falleció en 1918 en Icatu, Braúna, donde vivió sus últimos días.

Vanuíre es considerada por muchos como la gran “pacificadora”, imagen que el museo quiere desconstruir, pues refuerza la visión negativa de los Kaingang implantada un siglo atrás. El museo respeta el simbolismo que envuelve a ese personaje, mas actúa crítica e históricamente.

OS KAINGANG

En tiempos pasados, hubo una gran inundación que fue sumergiendo toda la tierra habitada por nuestros antepasados. Sólo la cumbre de la sierra Crinjijimbé emergía de las aguas. Los Caingangues, Cayrucrés y Camés nadaban en su dirección llevando en la boca astillas de leña incendiadas. Los Cayrucrés y los Camés cansados, se ahogaron; sus almas se fueron a vivir al centro de la sierra… Después que las aguas se secaron, los Caingangues se estabelecieron en las inmediaciones de Crinjijimbé. Los Cayrucrés y Camés, cuyas almas habían ido a vivir al centro de la sierra, empezaron a abrir camino por su interior; después de mucho trabajo llegaron a salir por dos senderos (Borba 1908:20-21).

Telêmaco Borba recolectó, en 1882, el mito del origen del pueblo Kaingang. El mito narra la historia de los hermanos mitológicos Kamé y Kairu que, después del gran diluvio, salieron del interior de la sierra Crinjijimbé. Entre los muchos aspectos simbólicos de los Kaingang el mito de su origen sustenta aún hoy muchas de las tradiciones de esa cultura. El pueblo entiende que todo lo que hay en la tierra – plantas animales y todo lo que existe, y aun fuera de ella – la luna, el sol, las estrellas – fue generado por uno de los hermanos mitológicos. El “Sistema de Mitades” existe para que haya equilibrio y continua reciprocidad entre los dos clanes.

El profundo respeto hacia los muertos y el apego a las tierras donde están enterrados sus ombligos, enseguida del nacimiento, son expresiones incontestables del valor estructurante de la cosmología para estos indios.

Hoy en día, los Kaingang viven en más de 30 Tierras Indígenas en los estados de São Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul y por el este de las Misiones Argentinas. La lengua Kaingang pertence a la familia Jê del tronco lingüístico macro-jê, divididos por la lingüista y misionera del SIL (Summer Institute of Linguistics) Ursula Wiesemann en cinco dialectos, que se diferencian en varias partes de su estructura, siendo las más visibles las fonológicas.

LOS KAINGANG DEL OESTE DE SÃO PAULO

Los Kaingangs llegaron al sur y sureste del Brasil hace 3.000 años. La historia de ese pueblo en São Paulo puede, entonces, ser contada a partir de ahí. En la meseta occidental paulista ocupaban las tierras más altas de los campos de mata cerrada, entre los ríos Tietê y Paranapanema, valles y crestas, marginando los ríos Tietê, do Peixe, Aguapeí/Feio y Paranapanema.

Mil novecientos cinco fue el año en que el conflicto entre los Kaingang y no indios se intensificó en el oeste paulista, debido al inicio de la construcción del Ferrocarril Noroeste del Brasil. Los Kaingang defendían el territorio donde vivían y los no indios luchaban por la posesión privada de las tierras, motivados por la expansión caficultora. Los indígenas destruían las vías del tren en construcción para amedrantar. Los no indígenas contrataban a pistoleros para eliminar a los Kaingang por medio del uso de armas o contaminación por enfermedades lo que causó la muerte en masa. En 1910, fue criado por el gobierno federal el Servicio de Protección al Indígena (SPI) y en 1911 fue establecido un acampamiento en Ribeirão dos Patos, y esta fue la base de operaciones del SPI en la región durante ese periodo. El trabajo de “pacificación” de los Kaingang tuve inicio en 1912, y el último grupo Kaingang “pacificado” fue en 1915. En 1916 todos fueran enviados para el Puesto Indígena Icatu, local que había sido adquirido por el SPI en el año anterior, y en 1917, debido a desentendimientos entre los grupos Kaingang, fue criado el Puesto Indígena Vanuíre.

Se estima que el 90% de la población Kaingang foi exterminada entre 1905 y 1921. En 1921 fueron contados 173 individuos entre los Puestos de Icatú y Vanuíre.

OS KRENAK

Eran llamados de Aimoré por los Tupi y Botocudo por los portugueses en el siglo XVIII. Se autodenominaban Grén o Krén. Hoy se identifican como Borun, esencia del ser, los Borun del Watu. Para la sociedad brasileña ellos son los Krenak, últimos supervivientes de la nación “Botocudo”.

Las primeras noticias sobre los Krenak remontan al siglo XVI. Su territorio original era la Mata Atlántica en el Baixo Recôncavo Baiano. En el siglo XIX se desplazaron hacia el sur, alcanzando el río Doce en Minas Gerais y Espírito Santo.

Fueron varias las tentativas de catequización y “pacificación” para que los Krenak desocupasen las márgenes del río Doce. Se volvieron incómodos en su propio territorio codiciado para explotación. Porque resistieron fueron víctimas de la “Guerra Justa”. Con la construcción del ferrocarril Vitória-Minas al final del siglo XIX e inicio del XX, fueron presionados a abandonar las tierras del Vale do rio Doce.

Alrededor de 1911 los Krenak fueron agrupados por el Servicio de Protección a los Indios (SPI) en un área próxima a Resplendor. Dos Puestos de concentración fueron creados, el de Pancas y el Guido Marliére, actual aldea Krenak. De esa forma, sus tierras estaban liberadas para la expansión económica.

En 1920, el gobierno de Minas Gerais les destina una parte de su territorio original. La demarcación fue en 1923, después de la masacre de los Kuparak, un grupo “Botocudo”. Las cuatro mil hectáreas donadas continuaban a merced de la codicia de los no indios. Para dimensionar, se estima que a inicios del siglo XX había 5 mil Krenak y en la década de 1920 eran 600.

En 1953 fueron transferidos para el Puesto de los Maxacali o se desplazaron hacia otros lugares. De retorno al Puesto Indígena Guido Marliére, el PI Krenak, en 1959, encontraron sus tierras ocupadas por la Policía Forestal y hacendados.

En 1970 empieza la reintegración de posesión de las tierras Krenak. A pesar de sus derechos definidos por la Justicia, en 1973 son transferidos para la Hacienda Guaraní en Carmésia. Muchos salieron esposados de su territorio original y fueron tratados como infractores y desajustados sociales. En la década de 1980, ayudados por indigenistas, volvieron para sus tierras ocupando apenas 44 hectáreas de aquéllas que el Gobierno les dio en 1920.

Hoy, viven en un área reducida reconquistada con grandes dificultades en Minas Gerais, Mato Grosso y São Paulo.

Los Krenak eran hablantes de una misma lengua, a pesar de las significativas variaciones dialectales que servían para demarcar diferencias entre los diversos grupos en los cuales se componían. Los Krenak pertencen al grupo lingüístico Macro-Jê, hablando una lengua denominada Borun. Por eso, entre ellos, son denominados de Borun y los Borun del Watu son los Krenak de Resplendor, MG.

A consecuencia de su historia de dispersiones, están presentes en diversas áreas indígenas, sin embargo uno de los grupos más importantes está en Arco Iris (SP), donde cohabitan con los Kaingang la Tierra Indígena Vanuíre.

Para saber más:

RIBEIRO, Darcy. Los indios y la civilización. La integración de las poblaciones indígenas en el Brasil moderno. 2a ed. Petrópolis: Vozes, 1977.

Enciclopedia de los Pueblos Indígenas. Instituto Socioambiental. http://pib.socioambiental.org/pt/povo/kaingang

MELATTI, Delvair Montagner. Aspectos de la organización social de los Kaingang Paulistas. Funai: Departamento General de Planeamiento Comunitario/División de Estudios e Investigación, 1976.

Enciclopedia de los Pueblos Indígenas. Instituto Socioambiental. http://pib.socioambiental.org/pt/povo/krenak

Puesto Indígena Vanuíre

Algunas fotos del Puesto Indígena Vanuíre a lo largo del tiempo.

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